cocina tradicional

Somos Mediterráneo

 

Nuestra Filosofía


Recuperar la cercanía del producto y tratarlo con honradez son nuestras premisas culinarias. Obedecer la tradición se convierte en un acto de honestidad con lo propio, con nuestras raíces.
Nuestras raíces se encuentran ahí, en ese estrecho margen entre el mar mediterráneo y la costa del levante valenciano, un terreno plano y fácilmente inundable denominado “mareny”, rico por la fertilidad de sus huertas que nuestros antepasados recubrieron con tierra y son despensa de ricas y variadas hortalizas. Es en estos mismos terrenos inundables, donde comenzó el cultivo del arroz en la península Ibérica, siendo éste, un indispensable en nuestra gastronomía. Por otro lado, el mar con su extenso arenal tras las dunas, mina de tellinas i pescados de playa como la dorada, el “llobarro”( lubina) o el “corvall” (corvallo).
No muy lejos, a pocas millas mar adentro, el auténtico polvorín de nuestra gastronomía:
Una larga cordillera de roquedales marinos paralela a la costa i vastas extensiones de algares de posidonia, ofrecen el hábitat idóneo para toda una larga lista de exquisiteces marinas que, como enumeraba en su obra poética Josep Ferré, al observar el mostrador de azulejos blancos, de una pescadería del grao de Valencia:

“Sobre taules i taulells,
hi veureu sorells, tonyines,
llusos, llagostes, sardines,
pops, molls, congres i pagells

Hi veureu caragolets,
rámull, lenguados molt bons,
capsuts, donzelles,sipions,
bonitol, lluerna i ruquets,

Calamarsos,castanyola,
polles, gambes, rates i gats
llobarros, llises, verats,
solraig, reig I hasta mussola,

Dentols, espasa,marulles,
sepies, anguiles, rajades,
mólleres,musclos i agulles,

Escórpenes, àngels i rap,
amplolia, crancs, esturions,
escat, morena, eriçons,
palaies, xucles i barbs .”

Josep Ferre

 

Todas estas especies hacen de nuestra carta un deleite para los verdaderos amantes y conocedores de los manjares del mar mediterráneo.
Para poner en cocción todos estos ingredientes atendemos con fidelidad las sabias lecciones
de nuestras abuelas que, conocedoras del mercado y del fogón, son el verdadero legado de nuestro pasado gastronómico.